jueves, 18 de abril de 2013

EL DISCO DEL RECUERDO. HOY: "Sister" de Sonic Youth


Escuché el disco “Sister” como si fuera el dulce camino de la locura. Realizado como un ritual de distorsión, como una escultura de ruido y arte, la soberbia experimentación del grupo neoyorquino Sonic Youth significó para mí en este su cuarta grabación una suerte de biblia para el rock grunge. Algo así como el antiguo testamento de bandas como Nirvana. Pero los Sonic Youth siguieron produciendo discos en un camino y una estética que se podría describir como un primitivismo refinado, expresión que algunos críticos señalaron como “holocausto de garaje y punk”. Sus temas sonaron como la violación del sonido, violentando la tonalidad y produciendo una estructura de canción inédita hasta ese momento de 1987. Recuerdo que accedí a este álbum en el formato de cassette, que me trajo un amigo personal de EE. UU. y luego lo compre a través de una reedición en 1994. “Sister” se inspiró en la figura del escritor Phillip Dick e incluye temas como Schizophrenia, obra que me gusta declarar como clave para los años 80. Imprescindible.



Esquizofrenia le otorgó a Sonic Youth la indiscutida condición de grupo avant-garde, avant-noise, amos y señores del ruidismo rockero,  fundadores de un linaje y estirpe que luego ostentaría con grandeza bandas como My Bloody Valentine y Dinosaur Jr. El tema es el ensamblado definitorio de una canción ruido con una canción pop. Y el resultado es inquietante, espeluznante e intenso.  Algunos críticos afirman que es en el próximo disco “Daydream nation” cuando la banda se convierte en el insoslayable y en producto necesario ´para definir lo alternativo e independiente. Yo digo que eso se consigue con este álbum “Sister”.



El disco tiene momentos que estructuran todo el futuro del grupo y una forma de hacer rock en los diversos caminos de la exploración, de las actitudes, de la producción de la música y de cómo aparecer en la industria de la música y de la cultura. Esos momentos llevan por caso nombres como Catholic Book, que suena como si un muchacho demente atravesara una pared de vidrio y de ruido en el congreso de la nación mientras tratan la partidización de la Justicia. En estos temas la banda define sus temas construidos como si fueran un concierto de sirenas desmadradas en un mar de petróleo, como un regimiento de motos acelerando hasta fundir motores, como un volcán de riff en erupción. Otro instante lleva por título Tuff Gnarl, y ruge como si fuéramos encaramados en el techo de un vagón de subte.

Luego de “Sister” la banda Sonic Youth liderada por Thurston Moore editó una docena de álbumes cuyo último es The Eternal (2009). Esa foja de servicios ha generado miles de comentarios, muchos de ellos como expresión de críticas celosas de comentaristas que sienten que la banda deja de pertenecerles porque alcanza a más ayotes. Esa bisagra para muchos comienza con el álbum Goo (1991), cuando firman contrato con una multinacional y se advierte que el grupo abandona el agrio sendero de la locura y gira hacia un campo dulce de melodías. Goo tiene temas impresionantes como Disappearer. Pero hoy no tiene relevancia esa perspectiva. En cambio me parece interesante elegir este disco por lo que sucede en nuestro tiempo. No para vincularlo al poco deseable proceso político argentino en su rompecabezas republicano, sino más bien para describir un profundo sentimiento de locura y nihilismo que hay en “Sister” como el que se desliza en las calles de nuestra querida realidad.